Desde los recortes de Mariano Rajoy a los sindicatos y a todos sus “chiringuitos”, la maquinaria del presidente Sánchez no ha cesado de incrementar las ayudas de todo tipo a los sindicatos.

Desde el Estado, las Diputaciones, los Ayuntamientos, y desde todas las administraciones, se mueven grandes cantidades de dinero en pro de mantener la paz social, a la que los sindicatos se prestan con mucho “ahínco”.

Todo vale para subvencionar: cursos, charlas, coloquios, foros, programas de toda índole, y todo lo que se preste a recibir ayudas de todos los rincones del país.

Eso sí, el país sigue a la cola del paro en Europa, pero con paz social. España se merecería una etapa como pasó en Francia en mayo del 68 donde la población francesa hizo temblar los cimientos y llegaron nuevos tiempos y mejoras en todos los ámbitos, incluidos los cambios políticos que estaban completamente desfasados, pero esperar algo así en España es tanto como desear que los sindicatos defiendan a los trabajadores y su poder adquisitivo.